La vendimia en la Ribeira Sacra
Fueron los romanos los que hace más de 2.000 años marcaron el camino de la vendimia en Ribeira Sacra, labor que, una temporada más, vuelven a retomar los comprometidos viticultores en cada una de las cinco subzonas que componen nuestra región.
Sólo el 5% de la superficie mundial destinada a la viticultura tiene el honor de poder catalogarse como zona de viticultura heroica. Las rocosas laderas, las terrazas sobre bancales y las vertiginosas pendientes, que pueden alcanzar hasta el 80% de inclinación, son el escenario para una tarea a la altura de valientes propia de nuestra denominación.
Vendimiar en Ribeira Sacra es a la vez un reto y un privilegio singular. Las labores comienzan poco después del amanecer (8:00) hasta casi llegar el ocaso, acompañadas de toneladas y toneladas de uva autóctonas que se acumulan en cajas que los trabajadores y viticultores transportan sobre sus hombros.
Apenas se visibilizan las máquinas, pocos son los sistemas de carriles que se encuentran sobre el terreno de difícil acceso y muchas las barcas que se dirigen como el mejor aliado de los bodegueros hacia las viñas que entrelazadas sobre los ríos Sil y Miño.
Tiempo después de evaluar el estado de la uva recolectada, se abrirá paso a los procesos de despalillado, estrujado y la fermentación de los caldos en depósitos de acero o madera que resguardan los afrutados sabores de unas variedades que buscan seguir despuntando gracias a sus esencia autóctona: mencía, godello, treixadura o brancellao son las más abundantes.